22.09.2016
Cada día se realizan millones de determinaciones del sexo de aves de las que dependen decisiones con repercusiones en avicultura y conservación y manejo de la biodiversidad. Sin embargo, el sexado de aves es muy difícil en aquellas especies en las que no hay diferencias entre machos y hembras en cuanto a morfología, comportamiento, coloración, tamaño, etc. También presenta complicaciones en embriones, pollos y cuando se toman muestras sin haber capturado a los individuos.
La determinación del sexo en aves se ha basado tradicionalmente en las diferencias encontradas entre machos y hembras en comportamiento, en el canto y en la visualización o palpación de la zona cloacal, entre otros métodos. Sin embargo, la mayoría de estos procedimientos pueden arrojar altas tasas de error. Otros métodos, como la endoscopia, son más efectivos y fiables, pero ponen en peligro la integridad física del animal y son de gran dificultad en ejemplares de tamaño pequeño.
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